La creciente violencia en el Catatumbo ha interrumpido la educación de aproximadamente 20.000 estudiantes, quienes no han podido iniciar el año escolar en las aulas. La situación es desesperante, ya que la mayoría de los niños y jóvenes no tienen acceso a clases virtuales como alternativa.
La violencia armada ha desplazado a decenas de docentes y ha puesto en riesgo la seguridad de aquellos que continúan trabajando en la región. La Procuraduría ha reportado que más de 46.000 niños y adolescentes han visto interrumpida su educación debido a la violencia. La situación es considerada una tragedia humanitaria por la ONU, organizaciones de derechos humanos y el gobierno.