Tres ciudadanos sucreños que buscaban cerrar un negocio de ganado en Barranquilla son encontrados sin vida en un trágico suceso en La Guajira.
Tres ciudadanos sucreños que habían sido reportados como desaparecidos el pasado 29 de abril han sido identificados como las víctimas de un trágico suceso en La Guajira. En un desalentador desenlace, Medicina Legal confirmó este lunes que los cuerpos desmembrados encontrados dentro de costales en el corregimiento de Pelechúa, en la zona rural del distrito de Riohacha, corresponden a Carmelo Badel Gómez, Jaime Monroy y Julio Ordóñez.
La noticia ha generado gran consternación en las familias y en la comunidad, que durante semanas mantuvieron la esperanza de encontrar con vida a los desaparecidos. Medicina Legal se ha puesto en contacto con los familiares de una de las víctimas para coordinar la entrega de los cuerpos, lo que agrava aún más el dolor y el luto que están experimentando.
Según información proporcionada por un medio importante de Barranquilla, se sabe que los tres sucreños se dirigieron a dicha ciudad para cerrar un negocio relacionado con el avalúo de ganado. Sin embargo, no se disponen de detalles específicos sobre la transacción comercial ni sobre cómo terminaron en La Guajira.
Jaime Monroy, una de las víctimas, era ganadero de profesión. Carmelo Badel, por su parte, fue contratado como conductor para llevar a los involucrados al lugar acordado, mientras que Julio Ordóñez fungió como intermediario en el negocio entre el ganadero y posibles compradores. Las circunstancias exactas que rodean este trágico suceso aún no han sido esclarecidas, y se desconoce quiénes podrían estar detrás de este macabro crimen.
Este lamentable acontecimiento resalta la importancia de garantizar la seguridad de los ciudadanos y de investigar exhaustivamente casos de desapariciones y homicidios. Las autoridades competentes deberán realizar las investigaciones correspondientes para esclarecer los hechos y llevar ante la justicia a los responsables de este horrendo acto. Mientras tanto, las familias de las víctimas enfrentan un dolor inmenso y deben recibir todo el apoyo necesario para afrontar esta difícil situación.