El pasado viernes un terremoto de magnitud 7 sacudió la región septentrional de Marruecos, dejando así una estela de devastación y tragedia. Según el Ministerio del Interior marroquí, el número de víctimas sigue en aumento, con un saldo actual de 2,497 muertos y 2,476 heridos.
Las provincias más afectadas por este desastre natural son Al Haouz, situada al sur de Marrakech y cercana al epicentro, que ha registrado 1,452 fallecidos. Le siguen Taroudant, con 764 víctimas mortales, y Chichaoua, con 202 fallecidos.
El terremoto que tuvo su epicentro en la localidad de Ighil, situada a unos 80 kilómetros al suroeste de Marrakech, se produjo a las 23:11 hora local del viernes a una profundidad de 8 kilómetros. El Instituto Nacional de Geofísica marroquí emitió un boletín de alerta sísmica para advertir a la población.
Las autoridades marroquíes están movilizando todos los recursos disponibles para llevar a cabo labores de rescate y asistencia médica en las áreas afectadas. Además, se han iniciado evaluaciones de daños y se están planificando acciones a largo plazo para la reconstrucción de las comunidades afectadas.
La comunidad internacional está siguiendo de cerca la situación en Marruecos y se espera que brinde apoyo en este momento tan difícil.