Tal y como se ha venido diciendo desde hace varias semanas, el futuro judicial de Dani Alves no pinta muy claro, toda vez que este martes se confirmó que tendrá que ir a juicio por el delito de agresión sexual.
La Audiencia de Barcelona determinó que después de escuchar el testimonio de la víctima, del procesado y de sus respectivos abogados, se tienen todos los elementos que se requieren para que el jugador brasilero enfrente un juicio con todas las de la ley. Mientras tanto, él sigue detenido preventivamente en una prisión de la capital catalana.
“En este momento consideramos que existen suficientes indicios racionales como para acordar la apertura del juicio oral en los términos que solicita el Ministerio Fiscal y la acusación particular”, dijo la entidad.
Él, a través de su defensa, sigue manteniendo la versión de que no forzó a la mujer a nada y que todo lo que ocurrió se dio porque ambos así lo querían. Recordemos que los hechos ocurrieron al interior de una discoteca de la capital catalana, en donde el jugador y la mujer coincidieron la noche del 30 de diciembre.
Ahora bien, recientemente se conoció la versión de la víctima, en la que ella asegura que aquella noche Dani Alves la invitó al baño del establecimiento nocturno y estando allí la forzó para cometer actos que ella no estaba dispuesta a cumplir por voluntad propia.
«Él estaba detrás de mí, yo tenía a mi prima delante. Entonces recuerdo que él se apartó y me hizo un gesto como que yo fuera hacia él. Hasta que al final del todo pensé, habla con él a ver qué quiere, y no pensé nada más. Fui hacia allí a hablar con él. Yo en ningún momento sabía dónde estaba yendo», dijo.
«Yo recuerdo dirigirme donde estaba él. Pero yo no sabía ni me llegué a imaginar dónde me estaba llevando. Entonces, llegamos allí y era una puerta, él la abrió y yo entré, y cuando entré vi dónde me estaba metiendo, vi que era un lavabo diminuto, vi que era muy, muy enano, yo creo que en ese momento empezó mi shock», agregó.
«Recuerdo que me levantó el vestido y me hizo sentarme encima de él. Yo recuerdo decirle: no puedo. Y él me empezó a decir muchísimas cosas. Me insistió en que le tenía que decir que era su put*** y a partir de ese momento recuerdo resistirme. Me subió el vestido y me hizo sentarme encima suya», precisó.