El exlíder paramilitar Salvatore Mancuso ha obtenido la libertad condicional por un lapso de cuatro años, concedida por la jueza de ejecución de penas del Tribunal de Justicia y Paz.
Sin embargo, esta liberación está sujeta a un estricto conjunto de compromisos que Mancuso debe cumplir rigurosamente. Entre las condiciones establecidas por la jueza se incluye la prohibición expresa de participar en actividades delictivas o promoverlas de cualquier manera. Asimismo, se le exige promover actividades en pro de la paz y presentarse periódicamente ante el despacho judicial de las regiones donde cometió crímenes: Antioquía, Córdoba, Sucre, Atlántico y Necoclí.
Además de estas restricciones, se impone a Mancuso la obligación de informar cualquier cambio de domicilio con un mínimo de 30 días de antelación, salvo en casos excepcionales debidamente justificados, donde el plazo se reduce a 10 días hábiles. La prohibición de abandonar el país sin autorización y la restricción de realizar acciones que perjudiquen a las víctimas también son parte integral de las condiciones impuestas por la jueza.
El exparamilitar está obligado a vincularse de manera obligatoria a un proceso de reintegración y a asistir a todas las citaciones de las salas de Justicia y Paz de la Fiscalía. Estas medidas buscan garantizar que Mancuso cumpla con sus deberes legales y contribuya al proceso de justicia y reconciliación en el país.
La decisión de la jueza de ejecución de penas ha despertado diversos debates y controversias en la opinión pública. Algunos sectores respaldan la medida como un paso hacia la reconciliación y la reintegración de excombatientes a la sociedad, mientras que otros la critican, argumentando que Mancuso y otros líderes paramilitares no han cumplido debidamente con los compromisos adquiridos en procesos anteriores.
En este contexto, la libertad condicional otorgada a Mancuso se presenta como un acto que requiere una supervisión constante por parte de las autoridades judiciales y un compromiso firme por parte del exparamilitar para cumplir con las condiciones impuestas y contribuir de manera positiva a la construcción de la paz y la reconciliación en Colombia.
Ahora bien, la libertad de Mancuso no se hará efectiva hasta que todos los entes judiciales a los que debe responder, den su beneplácito. Mientras tanto, sigue recluido en la cárcel La Picota.