El pasado martes por la noche, el grupo activista «Futuro Vegetal» llevó a cabo una protesta en la casa de Lionel Messi en Ibiza, España. Los activistas cubrieron la fachada de la mansión con pintura roja y negra como parte de una manifestación contra las construcciones lujosas y el impacto ambiental asociado con ellas.
El grupo acusa a Messi de tener una propiedad ilegal, valorada en 11 millones de euros, que, según afirman, carece de un certificado de ocupación y cuenta con habitaciones construidas sin permiso.
En un video compartido por los activistas, se puede ver cómo utilizan un rociador para aplicar la pintura en la parte superior de la pared y cómo ingresan a la propiedad para tomar fotos en el jardín y frente a la piscina. También sostienen un cartel con el lema «Ayuda al planeta, cómete a los ricos. Abolir la policía».
Este ataque forma parte de una serie de acciones del colectivo, que previamente ha vandalizado un jet privado, un Lamborghini y el superyate Kaos, perteneciente a Nancy Walton Laurie, heredera de la fortuna de Walmart. Además, el grupo ha protagonizado incidentes similares en museos, como pegar sus manos a un cuadro de Francisco de Goya en el Museo del Prado en Madrid.
En el momento del ataque, Lionel Messi y su familia no se encontraban en Ibiza. Reside actualmente en Miami, donde el astro se encontró en recuperación de una lesión en el tobillo izquierdo sufrida durante la final de la Copa América el 14 de julio pasado. Mientras tanto, Antonela Roccuzzo pasaba sus días en casa leyendo, como lo mostró en sus redes sociales, donde compartió que estaba leyendo «Alas de Sangre», una novela de Rebecca Yaros. Hasta el momento, ni Messi ni Antonela han hecho declaraciones sobre el incidente.