Oscar Camargo, alias «Pichi», un peligroso narcotraficante colombiano, escapó de su detención domiciliaria en Medellín el 10 de octubre tras desactivar su brazalete electrónico. El criminal había estado bajo arresto domiciliario desde julio de 2024, a pesar de haber violado esta medida en más de diez ocasiones. Investigadores están revisando las cámaras de seguridad para determinar su ruta de escape.
La fuga ocurrió justo después de que se emitiera una orden para revocar su detención domiciliaria y trasladarlo a la cárcel de Itagüí, aunque la notificación formal al INPEC llegó tarde, facilitando su huida. La ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, y el secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa, denunciaron una posible filtración de información, criticando la coordinación entre las autoridades judiciales y el sistema penitenciario.
«Pichi», considerado un criminal de alto riesgo, ya había escapado de una prisión en Girón, Santander, en 2015. Su historial delictivo incluye el control del tráfico de drogas en Bucaramanga, y su escape ha generado críticas, especialmente del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien expresó su frustración ante el sistema judicial, calificando a Pichi como el «Pablo Escobar de Bucaramanga». Las autoridades están en proceso de formar un grupo especial para recapturarlo.