El departamento del Cauca enfrenta una tragedia sin precedentes: entre 2022 y 2024 se han registrado 3.203 homicidios, una cifra alarmante que refleja el poder de las disidencias de las Farc en la región. Estos grupos armados ilegales, liderados por alias Iván Mordisco, han sembrado el terror en territorios estratégicos para el narcotráfico y la minería ilegal, convirtiendo al Cauca en un campo de batalla constante.
Según la Fiscalía General de la Nación, los frentes disidentes Carlos Patiño, Dagoberto Ramos y Jaime Martínez son los principales responsables de esta espiral de muerte. Estos operan en áreas clave como el cañón del Micay, Argelia y Popayán, donde los enfrentamientos por el control territorial han dejado un saldo devastador.
Los municipios más afectados por los homicidios incluyen Popayán, con 523 asesinatos, seguido por Santander de Quilichao con 460 y Puerto Tejada con 174. Además, la violencia ha tocado profundamente a Patía, El Tambo, Corinto, Miranda y otros municipios que se han convertido en epicentros del conflicto.
A esta cifra aterradora se suma la posibilidad de fosas comunes, lo que podría elevar aún más el número de víctimas. Los enfrentamientos entre las disidencias y las fuerzas de seguridad han cobrado la vida de cientos de civiles y miembros de la fuerza pública, perpetuando un ciclo de violencia que parece no tener fin.
El Cauca clama por atención inmediata para frenar esta crisis humanitaria y proteger a las comunidades atrapadas en medio del conflicto armado.