La defensa de Daniel Sancho, procesado por el homicidio del médico colombiano Edwin Arrieta, sigue trabajando en evitar a toda costa que él sea condenado a la pena de muerte o a la cadena perpetua, y que por el contrario le den una pena menor que pueda pagar en España, su país, y no en Tailandia que fue donde ocurrieron los hechos.
Carmen Balfagón, abogada del joven español, asegura que a él lo engañaron para que colaborara con la justicia tailandesa, prometiéndole que si contaba todo lo que había ocurrido en aquella habitación de hotel, lo podrían deportar al país ibérico. Sin embargo, eso no ocurrió.
«¿Por qué Daniel estaba tranquilo? (cuando la captura). Desde el minuto uno se le promete la deportación en un plazo de 48 horas. Le ponen a la firma una serie de documentos en los que le dicen que lo van a deportar», dijo Balfagón.
La abogada además sostuvo en una reciente rueda de prensa, que Sancho «nunca» confesó que había matado a Arrieta y por eso en la audiencia de imputación no aceptó el cargo de homicidio premeditado, pero sí el de desaparición de las partes del cuerpo de la misma. La jurista sostiene que lo que Sancho contó es que hubo una pelea en la que el médico terminó muerto y él luego lo desmembró, pero sin una planeación previa.
«Daniel declara que había habido una pelea y un intento de agresión sexual… Hay grabaciones que así lo aseveran. ¿Qué transcribe la Policía? Lo contrario, que había comprado una serie de elementos para desmembrar a la víctima y que él lo mató… Nunca confesó que él había matado al señor Arrieta. Y de eso tenemos las pruebas que lo aseguran. Confesó que había habido una pelea, por eso colaboró en la localización de los restos, que había procedido a desmembrarlo. Nada más… Él nunca se ha desviado de lo que dijo en el minuto uno», afirmó la defensora.
Este es otro revés que se presenta en la historia y que podría ser teniendo en cuenta durante el juicio, el cual está pautado para que se haga entre abril y mayo del presente año. Tailandia ha dicho que acusa a Sancho de homicidio premeditado, pero los abogados no se rinden y tratan de demostrar que fue un homicidio involuntario.