Matthew Dawson, jugador australiano de hockey sobre césped de 30 años, enfrenta uno de los desafíos más singulares de su carrera. A solo una semana de los Juegos Olímpicos de París 2024, sufrió una lesión grave en el dedo anular de una de sus manos durante un partido. Ante la disyuntiva de someterse a un tratamiento prolongado o amputar la parte superior del dedo para asegurar su participación en los Juegos, Dawson eligió la segunda opción. Con el aval de los médicos, tomó esta decisión para mantener su carrera y su futuro inmediato en el deporte.
“El mejor escenario para mí era cortar la punta de mi dedo. Esto me daba una mejor oportunidad de participar en los Juegos Olímpicos, pero también para la vida después”, explicó Dawson. A pesar de la complejidad de la situación, su determinación le permitió regresar a los entrenamientos pocos días después de la operación. Con una protección en la zona afectada, se está readaptando para sostener el stick y estará listo para el debut contra la selección argentina el 27 de julio.
El entrenador del equipo nacional de Australia, Colin Batch, elogió la valentía y el compromiso de Dawson. “No estoy seguro de que lo hubiera hecho, pero él lo hizo, así que es genial”, comentó Batch. Dawson, quien ya ha representado a Australia en los Juegos Olímpicos de 2016 y 2021, acumula 209 partidos con la selección y está decidido a darlo todo en París.
La historia de Dawson no es única. En 2018, enfrentó el riesgo de perder la visión de su ojo izquierdo tras un golpe en un entrenamiento. Su recuperación y continuidad en el deporte reflejan su resiliencia. Además, su decisión reciente recuerda la de Angus Crichton, un jugador de rugby australiano que también optó por la amputación de un dedo debido a lesiones repetitivas.