La implementación del régimen de excepción y del Plan Control Territorial ha permitido la detención de más de 68.000 supuestos pandilleros.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció que su país ha alcanzado una hazaña en términos de seguridad al registrar 365 días sin homicidios, lo que lo convierte en el «más seguro de Latinoamérica».
El Gobierno atribuye este logro a la implementación del régimen de excepción y del Plan Control Territorial, que han permitido la detención de más de 68.000 supuestos pandilleros o personas relacionadas con estas estructuras.
Sin embargo, a pesar de esta disminución de la violencia, organizaciones humanitarias han denunciado más de 5.082 casos de violaciones a los Derechos Humanos, principalmente por detenciones arbitrarias, durante el régimen de excepción.
La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos también ha recibido más de 7.900 denuncias de abusos, la mayoría por detenciones arbitrarias, lo que genera preocupación sobre el costo humano de este éxito en la lucha contra la violencia en el país.
Por un lado, el logro de El Salvador de un año sin homicidios es impresionante y este hito puede ser visto como una señal positiva para el país y puede tener un efecto beneficioso en la economía y en la confianza de los ciudadanos en el gobierno.
Sin embargo, por otro lado, la situación de los Derechos Humanos en el país es preocupante. La detención arbitraria es un problema grave y una violación flagrante de los Derechos Humanos, lo que ha llevado a un gran número de denuncias por parte de la sociedad civil.
Aunque es impresionante que El Salvador haya logrado un año sin homicidios, también es importante recordar que los Derechos Humanos son un derecho fundamental y que es necesario garantizar que las medidas de seguridad se implementen de manera efectiva y en línea con las normas internacionales de Derechos Humanos.