El debut de la selección sub-23 de Argentina en los Juegos Olímpicos de París terminó en derrota por 1-2 ante Marruecos, tras una suspensión de casi dos horas debido a la invasión del campo por parte de aficionados marroquíes y el lanzamiento de botellas y petardos contra el equipo argentino mientras celebraba un gol que fue finalmente anulado por fuera de juego (dos horas después de que se hubiese declarado el empate).
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) elevó un reclamo a la FIFA por estos hechos, pidiendo que se tomen medidas disciplinarias. «Desde la Asociación del Fútbol Argentino ya elevamos el reclamo a la Comisión Disciplinaria de FIFA para que se tomen las medidas reglamentarias pertinentes y se imponga una sanción a quien o quienes corresponda», escribió Claudio Tapia, presidente de la AFA, en la red social X.
El presidente de la AFA también criticó la decisión de reanudar el partido tras la extensa interrupción. «Esperar casi dos horas en el vestuario para que, después de la invasión al campo de juego y la violencia que sufrió la delegación argentina, nuestros jugadores tengan que volver a salir a hacer la entrada en calor y seguir jugando un encuentro que debió ser suspendido, es realmente un sinsentido que va contra las reglas de la competencia», afirmó Tapia.
Lionel Messi, capitán del equipo absoluto, calificó la situación como «insólita», mientras que el seleccionador sub-23, Javier Mascherano, describió el episodio como «un circo».
Argentina se enfrentará a las selecciones de Irak y Ucrania en las siguientes jornadas del Grupo B del torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de París.