La exesposa de Kaká, Caroline Celico, hizo una dura confesión revelando que dejó al exfutbolista porque él era «demasiado perfecto» y que, a pesar de su buen trato y de haber formado una familia maravillosa, ella no se sentía feliz estando a su lado. Estas declaraciones generaron gran repercusión en los medios y en las redes sociales.
En respuesta a las declaraciones de Celico, Kaká habló públicamente sobre su separación, explicando que su esposa decidió terminar el matrimonio a fines de 2015, cuando él jugaba para el Orlando City en la MLS. A pesar de sus esfuerzos por salvar el matrimonio, Celico insistió en regresar a Brasil y poner fin a la relación, atribuyendo su infelicidad al matrimonio.
Kaká admitió que, como cristiano, se sintió en conflicto con la idea del divorcio, pero después de buscar orientación espiritual y reflexionar sobre la situación, comprendió que no podía forzar a su esposa a quedarse si ella ya no quería continuar con la relación. A pesar del dolor inicial, aceptó la separación y se quedó un año soltero, tratando de asimilar la situación y buscando apoyo en su fe.
El exjugador de fútbol compartió que la separación dejó dos hijos maravillosos, Luca e Isabela, y que, a pesar de los desafíos personales, ha encontrado paz y aceptación en su situación.
«Hice todo para que el divorcio no ocurriera, porque ahí es donde entra el conflicto del cristiano, porque nos enseñan que el cristiano no se casa para luego divorciarse. Así que dije: ‘Lucharé tanto como tenga fuerzas para luchar… Pero llegó un momento en que ella insistió dijo: ‘Yo no quiero más, simplemente no quiero’. Y luego volvió a Brasil, firmó los papeles del divorcio y nos divorciamos en diciembre de 2015. Punto final, aquí termina la historia con dos hijos maravillosos como lo son Luca e Isabela», dijo.