‘La Madame’, condenada por proxenetismo, niega haber cometido explotación sexual en Cartagena

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'La Madame', condenada por proxenetismo, niega haber cometido explotación sexual en Cartagena
‘La Madame’, condenada por proxenetismo, niega haber cometido explotación sexual en Cartagena

En una reveladora entrevista para el programa Los Informantes, de Caracol Televisión, Liliana Campos Puello, más conocida como ‘La Madame’, ha hablado por primera vez desde que salió de prisión, y entregó detalles de lo que fue ese oficio que la llevó a quedar condenada por trata de personas y explotación sexual en Cartagena.

Durante años, Campos Puello fue la líder indiscutible de un negocio clandestino que ofrecía servicios sexuales de lujo a turistas extranjeros, exponiendo la cruda realidad del turismo sexual en Colombia.

En la actualidad ‘La Madame’ busca redimirse y reconstruir su vida lejos de las sombras de su pasado, pero también busca limpiarlo en cierto modo, pues desmiente que ella haya tenido jóvenes en condición de esclavitud y que haya sometido vejámenes sexuales a menores de edad.

También aprovechó la oportunidad para desmentir que su padre, un hombre de 70 años, estaba inmerso en el negocio. Al respecto afirmó que el señor solo tenía conocimiento del alquiler de lanchas para turistas y del alquiler de casas para las jóvenes, pero que nunca se metió en el oficio del proxenetismo, pues desconocía que ella se dedicaba a eso.

Desde una postura rígida pero serena, en este diálogo Campos Puello relata su trayectoria desde la infancia en Cartagena hasta su incursión en el mundo del proxenetismo. Su arresto y posterior condena marcaron un punto de inflexión en la lucha contra la explotación sexual en la ciudad, evidenciando la necesidad urgente de abordar este problema profundo y arraigado.

El caso de ‘La Madame’ puso sobre la mesa la vulnerabilidad de muchas mujeres en Colombia, quienes son víctimas de redes de trata y explotación sexual en un entorno marcado por la desigualdad económica y la falta de oportunidades. Su historia sirve como un recordatorio sombrío de la persistencia de este flagelo en la sociedad colombiana.