Daniel Sancho ha tenido que adaptarse a la dura realidad de la vida en prisión tras su condena a cadena perpetua por el asesinato del cirujano cordobés Edwin Arrieta. Desde que recibió la sentencia el 29 de agosto, ha sido trasladado a la prisión de Surat Thani, considerada una de las más peligrosas del mundo, en la que comparte con más de 5.400 prisioneros.
En este lugar, donde las condiciones son extremas, Sancho se encuentra en un módulo de adaptación, enfrentando problemas de alimentación, enfermedades y conflictos entre reclusos. Las celdas, que miden alrededor de cuatro metros cuadrados, pueden albergar hasta 30 prisioneros.
Para hacer más llevadera su estancia, ha solicitado al Consulado de España varios artículos inusuales, como guantes de boxeo, un protector bucal, protectores para el pecho y las pantorrillas, además de un libro de idiomas para aprender tailandés y tapones para los oídos.
Sin embargo, la aprobación de estas peticiones no será sencilla, ya que las autoridades buscan evitar cualquier tipo de favoritismo. Compartir el material con otros reclusos podría ser una opción, pero resulta complicado en su actual situación.