Este 14 de febrero millones de fieles de todo el mundo se unen en la observancia del Miércoles de Ceniza, marcando el inicio de la Cuaresma, un período sagrado de cuarenta días de preparación espiritual antes de la celebración de la Pascua.
El Miércoles de Ceniza es una jornada significativa en la liturgia cristiana, donde los creyentes participan en servicios religiosos especiales, marcados por la imposición de ceniza en la frente en forma de una cruz. Esta ceniza, hecha tradicionalmente quemando los ramos de palma bendecidos del Domingo de Ramos del año anterior, simboliza la mortalidad, la penitencia y la humildad.
Durante la imposición de la ceniza, los fieles escuchan las palabras: «Recuerda que eres polvo y al polvo volverás» o «Arrepiéntete y cree en el Evangelio», recordándoles la transitoriedad de la vida terrenal y el llamado a la conversión y renovación espiritual.
Para muchos, el Miércoles de Ceniza es un momento de reflexión profunda, un recordatorio de la importancia de examinar la propia vida, arrepentirse de los pecados y comprometerse con un camino de mayor amor, compasión y servicio hacia los demás.
A lo largo de la Cuaresma, los fieles suelen comprometerse con prácticas de penitencia, ayuno y oración, buscando un mayor acercamiento a Dios y una renovación de su fe. Este período de preparación espiritual culmina en la Semana Santa, que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.