La OMS presiona por regulaciones más estrictas de cigarrillos electrónicos mientras advierte sobre los riesgos para los jóvenes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha intensificado su llamado a los gobiernos de todo el mundo para equiparar la regulación de los cigarrillos electrónicos a la del tabaco tradicional, instando a la prohibición de todos los sabores y advirtiendo sobre los peligros asociados, particularmente entre la juventud.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó su preocupación por la creciente atracción de los jóvenes hacia los cigarrillos electrónicos, señalando la falta de pruebas suficientes que respalden su eficacia como herramienta para dejar el tabaco. Enfocándose en la captación temprana de niños hacia el uso de estos dispositivos, instó a los países a tomar medidas estrictas, como la prohibición de aromatizantes, la imposición de altos impuestos y la restricción de su uso en lugares públicos.
A pesar de la percepción de algunos sobre los cigarrillos electrónicos como una alternativa menos dañina al tabaco, la OMS insiste en la necesidad de «medidas urgentes» para controlar su proliferación y proteger la salud pública. La entidad, aunque carece de autoridad para establecer regulaciones a nivel nacional, espera que sus recomendaciones sean adoptadas voluntariamente por los países.