El presidente Gustavo Petro, durante una sesión conjunta con consejeros de juventud y representantes de programas juveniles en Bogotá el 15 de mayo de 2024, expresó su sentir respecto al trato que ha recibido como mandatario de Colombia. Petro se describió a sí mismo como un presidente “excluido”, afirmando que es percibido como alguien que no merece ocupar el cargo debido a no pertenecer a las tradicionales élites gobernantes del país.
En ese sentido señaló que esta exclusión también afecta a su familia, mencionando que sus hijos no reciben el mismo trato que los de otros presidentes. Petro comparó su situación con la de jóvenes de barrios populares y de la comunidad negra de Cali, quienes han sido víctimas de la violencia y la discriminación. Según él, su exclusión proviene de no ser parte del grupo privilegiado que históricamente ha gobernado Colombia.
Durante su intervención, Petro también se refirió a las marchas del 21 de abril de 2024, en las que algunos manifestantes llevaron un ataúd, lo que él interpretó como un claro deseo de su muerte por parte de «personas ricas». Petro manifestó que, a pesar del respeto que se le tiene, es tratado como alguien que no merece estar en el cargo y cuya vida está en peligro.
El presidente concluyó su discurso afirmando que la violencia y el deseo de excluirlo son una extensión de la discriminación y la violencia estructural que ha afectado a las poblaciones más vulnerables de Colombia.