La Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el servicio climático europeo Copernicus han confirmado que el verano del 2023 ha establecido un récord como el más caluroso jamás registrado en la historia del planeta. Los datos recopilados por Copernicus revelan que los meses de junio a agosto superaron los récords anteriores de calor por un amplio margen, con una temperatura promedio global de 16.8 grados Celsius por encima de la norma.
Según datos del servicio climático de la Unión Europea, Copernicus, publicados este miércoles 6 de septiembre, julio de este año se mantendrá en los libros de historia como el mes más caluroso registrado, seguido por agosto, lo que ha dejado a los científicos preocupados por la tendencia creciente del aumento de las temperaturas. En palabras de Samantha Burgess, subdirectora del servicio climático europeo, «los tres meses que acabamos de tener son los más cálidos en aproximadamente 120.000 años, es decir, en la historia de la humanidad.»
Este fenómeno no se limitó al hemisferio norte, donde transcurría el verano, sino que tuvo un impacto global. Asia, África, Europa y América del Norte se vieron afectados por olas de calor, sequías e incendios forestales que tuvieron efectos dramáticos en las economías, los ecosistemas y la salud humana.
Las consecuencias de este verano récord han sido devastadoras. Los incendios forestales arrasaron vastas áreas de bosques, destruyendo hogares y provocando la evacuación de comunidades enteras. Las sequías afectaron la disponibilidad de agua, y las altas temperaturas pusieron en riesgo la salud de las personas, especialmente de los más vulnerables.
Además, el aumento del calor en la superficie de los océanos aumenta la preocupación sobre el impacto en el clima y la vida marina. Burgess advierte que «si tenemos en cuenta el calor adicional que tenemos en la superficie del océano, la probabilidad es que 2023 acabe siendo el año más cálido jamás registrado.»